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Erich von Däniken: Profeta del pasado

Capítulo 3: Malta: un paraíso de enigmas por resolver [raíles, figurinas de mujeres y menhires]

[3.2. El hipógeo y figurinas de mujeres en Malta]

Hipógeo de Malta, sala
                  [2], ¿quíen hizo eso?
Hipógeo de Malta, sala [2]
, ¿quíen hizo eso?

de: Erich von Däniken: Profeta del pasado. ¡Los extraterrestres están en todas partes! Pruebas demoledoras de las más recientes investigaciones; Ediciones Martínez Roca, S.A., Barcelona 1979, ISBN: 84-270-0535-0; In memoriam Rolf R. Bigler, crítico y amistoso compañero de viaje.

presentado por Michael Palomino (2011)


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Texto:

"Raíles" en un suelo de piedra - Lo que dicen que son y lo que podrían ser - Enigmática red viaria - ¿Caminos para transporte de grandes cargas? - ¿Inventados los rodamientos a bolas? - Historias de calendario, creadas hace 10.000 años - Malta, ¿meta de los extraterrestres? - Sensacional: el hipogeo - En el mundo subterráneo - La fecundidad de las diosas-madres - Un equipo de alta fidelidad de hace miles de años - Arquitectos de la Edad de la Piedra - La odisea de Odiseo - ¿Gigantes en acción? - Bajo los menhires de la Bretaña - Anteriores a la última glaciación - La fiebre del oro - Una construcción de axiomas - Secretos de los cuarzos (p.90)



El hipógeo de Malta
Corredores del
                        hipógeo de Malta en Saflieni
Corredores del hipógeo de Malta en Saflieni [1]
Hipógeo de Malta,
                        sala [2]
Hipógeo de Malta, sala [2]

<Columnas, nichos, cúpulas, ¡todo en construcción monolítica!> (p.125)

Resumen: Primeros hallazgos en la ciudad de Paola en Malta fueron en 1899, y después más en un territorio de cuatro casas de más de 500 m2. Descubrieron un templo "hipógeo) de muertos subterráneo con más de 7.000 esqueletos. El hipógeo tiene corredores, salas, nichos y altares en tres niveles, dos niveles bajo de la tierra. Paredes y techos tienen pinturas en almagre. Encontraron figurinas de mujeeres, y por mucho tiempo los científicos creyeron que son restos de una cultura del matriarcado. Pero han también encontrado una escultura de una "familia santa" con hombre, mujer y niño. Y así no se sabe si la tesis con el matriarcado es justo [web01].

Hipógeos hay algunos en el mundo, en Silivri-Kapi en Estambul, y después fueron instalados en el imperio romano, p.e. en Otranto . En general no solo pudo ser para los muertos, pero pudo ser un sistema de laberinto bajo de la tierra en general, p.e. bajo del Coloseo en Roma para los juegos mortales en Roma [web02].




Erich von Däniken nos cuenta:

La otra sensación

En Saflieni, al sudeste de La Valletta y cerca de la población de Paola con sus doce mil habitantes, nos sorprende el (p.115)

"hipogeo de Hal Saflieni". Hipogeo es una palabra procedente del griego, que significa "subterráneo" (hypo = debajo de; gaia = la tierra). En la literatura especializada se llama hipogeos a los sepulcros o recintos para el culto subterráneos con techo abovedado.

La casa por la que se entra al yacimiento subterráneo se distingue de las demás de su calle por un portal formado por cuatro columnas o jambas de sección cuadrada, que soportan pesados dinteles de piedra. En la pared, una placa de mármol anuncia: HAL-SAFLIENI PREHISTORIC HYPOGEUM.

Me parecían exageradas las descripciones que había leído sobre este monumento. Después de largo itinerario a pie por un laberinto de calles que hervían de calor, y cuando me vi frente al pomposo portal de piedra caliza, me fue forzoso preguntarme si valdría la pena entrar. Las correas de mis dos máquinas fotográficas, pesadas como el plomo, se me clavaban en los hombros; desde hacía semanas, un sol de justicia castigaba la isla polvorienta y sedienta. En tales condiciones, hasta mi inextinguible afán de aventura flaqueaba sensiblemente. Tenía el pantalón y la camisa pegados al cuerpo. Lo que me decidió a entrar fue el pensar que un cuarto de hora al frescor, dentro de la casa, me aliviaría lo suficiente.

Me quedé todo el día. Al poco rato de estar allí había olvidado mis pocas ganas de entrar.


Entro en el "reino subterráneo"

La entrada es una planta baja, que da acceso a las tres plantas subterráneas del monumento. De la penumbra salió un robusto maltés, que mediría como dos metros de estatura, y me quitó tranquilamente las cámaras.

Ante mi mirada sorprendida, y sin duda también algo indignada, condescendió a la lacónica explicación siguiente:

-- ¡NO CAMERAS!

Por si no entendía yo el inglés, agregó en francés, con severidad:

-- ¡DÉFENDU! [prohibido]

luego depositó mis máquinas en una estantería de madera y, plantándose frente a la misma con energía, exclamó a guisa de aclaración final:

-- ¡VOILÁ! [aquí están] (p.116)

Hasta la fecha no he logrado entender por qué motivos prohíben tomar fotografías en algunos museos. Podrían cobrar el permiso para hacerlo, como es natural, pero no debe estribar en eso la cuestión. En el Musée de l'Homme de Paris, por ejemplo, yo estaba dispuesto a pagar cualquier cantidad que me hubieran pedido.

A veces me cosquillea la sospecha de que es el clan de los arqueólogos profesionales quien no tolera que sus tesoros sean (p.117)

retratados desde un ángulo diferente del bendecido por ellos.

En la situación en que me hallaba ahora, la prohibición de tomar fotografías me pareció más absurda que nunca. Como la experiencia me ha enseñado que, a veces, una buena propina vence la repugnancia de los guardianes del templo a los objetivos fotográficos, le metí en la mano al gigante dos libras maltesas. Las cuales aceptó, sin que el gesto le moviese a devolverme ninguna de mis cámaras.


Rodeado de gigantes

Dignóse descender desde su altura hasta mi modesto metro sesenta y ocho de estatura, y susurró con los ojos desorbitados de reverencia:

-- "Sir, ¡this is a holy place!" [señor, eso es un lugar santo]

¡Ah, diablos!, pensé, si es un lugar santo, habrá que obedecer sin rechistar, pues de lo contrario podría uno tener en disgusto. En el fondo de mi cerebro se ocultaba la idea de que, si había allí algo que fotografiar, ya encontraría el medio de hacerlo.

El severo custodio de mis cámaras dio una palmada con las palas de panadero que tenía por manos. De un camarín contiguo salió otro personaje aún más imponente, cuya estatura sobrepasaba incluso en algunos centímetros a la de su colega. Por lo visto, yo había caído en una cueva de gigantes. El recién llegado era bastante más joven que el primer gigante de guardia; llevaba un pañuelo de seda roja al cuello y se cubría con una boina negra. Con la oficiosidad de todo buen guía turístico, empezó por inundarme con un chaparrón de palabras en diferentes idiomas. De lo cual deduje, en primer lugar, que hablaba mejor el inglés, y en segundo lugar, que la oferta estaba compuesta de dos visitas en vez de una, pues además del hipogeo que me había llevado allí se podía ver un "museo" adyacente. Luego pude comprobar que la palabra museo era ligeramente exagerada, pues se trataba sólo de cuatro vitrinas empotradas en las paredes. Decidí aceptar ambas ofertas y, después de entregar al gigante joven otras dos libras y rogarle que me hiciese partícipe de sus conocimientos en inglés, fui admitido a contemplar las pequeñas vitrinas.

Pulcramente ordenados, como en los escaparates de una farmacia, podían verse allí los tesoros encontrados por azar en (p.118)

1902 cuando se construyó la casa en donde nos hallábamos, y sin cuya prosaica existencia seguramente no hubiera sido descubierto el hipogeo. ¡Eso es lo que yo llamo una casualidad afortunada!

En las vitrinas vi utensilios de piedra, anillos y collares, estatuillas y otros adornos y amuletos, algunos de ellos hechos de concha.

-- "¡This are magic objects!" [son objetos mágicos] - repetía una y otra vez el joven gigante que no me perdía de vista ni un segundo.

Objetos mágicos, pues, encontrados en el hipogeo. Muy serio, mi guía me aseguró que las escaleras por donde íbamos a bajar en seguida habían sido utilizadas por los hombres de la Edad de la piedra para bajar a las bóvedas donde - ¡asómbrese usted! - hablaban con sus dioses, para cuya comunicación les eran imprescindibles aquellos amuletos.



La mujer durmiente del
                      hipógeo de Malta, "diosa madre"
La mujer durmiente del hipógeo de Malta, "diosa madre" [3]


Una "diosa madre" conocida

Apenas si pude echar una ojeada al objeto que SÍ me interesaba y sobre el que había leído algunas cosas. Mi gigante me arrastraba ya hacia la escalera.

Se trataba de la "diosa madre", una figura de terracota de unos diez centímetros de longitud, que algunos libros mencionan también bajo el nombre de "la durmiente". Descansa en un platillo apoyado sobre cuatro pies; su macizo cuerpo está envuelto en un vestido que podría describirse evocando el caparazón de una tortuga. Reclina sobre un brazo la cabeza apenas esbozada, y tiene las piernas cortas y gruesas.

Lo que es YO, cuando estoy ante diosas madres durmientes y además oriundas del neolítico, aguzo inmediatamente todos los sentidos. ¿Por qué tenían los artistas del neolítico tanta afición a representar "diosas madres"? Y además, ¿qué significa en realidad eso de "diosas madres"? ¿Se trataba acaso de representar a las madres de los dioses? No escapará a nadie que esto último es un absurdo. En las nociones de los artistas de la Edad de la Piedra todavía no estaban organizados los dioses en clanes con sus familias y sus madres.

Las diosas madres del neolítico, como la de la copia que estaba yo contemplando en aquellos momentos (porque el original se encuentra en el Museo Nacional de La Valletta), han aparecido, por ejemplo, en La Gravetta, Laussel y Lespugne (p.119)

de Francia, en Cukurca de Turquía, en Kostjenko de Ucrania, en Willendorf de Austria y en Petersfels, de Alemania.

Ejemplos de otras figurinas de "diosas madres" ("Venus")
Venus
                        de Willendorf, Austria [4]
Venus de Willendorf, Austria, 11,5 cm de altura, 30.000 a 25.000 a.d.C., hoy en el museo de historia natural en Viena [4]
Venus
                        de Willendorf, vista lateral
Venus de Willendorf, vista lateral [5]
Venus de Lespugue
Venus de Lespugue, Francia, 14,7 cm, de marfil de mamut, tallado entre 24.000 a 26.000 a.d.C. [6]
Venus
                        de Laussel, Francia [7]
Venus de Laussel, Francia [7], tiene un edad de apr. 25.000 años, una altura de apr. 50 cm, en caliza. Fue encontrada en la cueva de Laussel cerca de la localidad de Marquay en Francia [web03].


Por supuesto, la denominación de "diosas madres" es de nuestra época. Quién sabe si esas figuras, en la intención de los hombres prehistóricos, querían representar verdaderamente unas "diosas". Nuestras inteligentes denominaciones podrán ser muy convenientes y útiles para la confección de los catálogos museísticos, pero me atrevo a dudar de que sean siempre (p.120)

acertadas en cuanto al verdadero SENTIDO de los objetos. ¡Poco importa! En todo caso, es preciso que esas representaciones plásticas, con sus atributos tan marcados de hembra embarazada, tengan un significado concreto. De lo contrario, no se habría coincidido en tantos y tan diferentes lugares del mundo, y hacia las mismas épocas, en su fabricación. Ya veremos...

Mientras mi gigante me conducía a la escalera de piedra, puso en mi conocimiento que cuanto íbamos a ver en seguida había sido descubierto por casualidad a principios de siglo. Cosa que yo ya conocía por la literatura consultada. Lo que yo ignoraba era que el acceso originario al mundo subterráneo - una losa de piedra sobre un pozo de sección cuadrada - estaba en una colina que dominaba el barrio del puerto, y fue tapiada para construir un muro sobre los muelles.

Mi "cicerone", tan hablador como su patronímico antepasado, empezó a bajar por la escalera con precaución y un cierto temor (pese a que, sin duda, habría emprendido el mismo camino miles de veces). A medida que bajaba fue volviéndose taciturno, y por último se limitó a hablar sólo cuando yo le preguntaba algo, y en voz baja.

Llegados a la sala principal de la planta intermedia, hube de exclamar:

-- "¡Eso es fantástico! - y añadí: "¿Cómo es que estamos solos aquí?

-- Los malteses nunca vienen aquí. Temen el oráculo. Sólo vienen los turistas que nos envían los recepcionistas de los hoteles, pero como ahora estamos fuera de temporada... - susurró el gigante, hablándome al oído.


[El amplificador de voz - ¿quién construyó eso?]

Un antiquísimo equipo de alta fidelidad

Si la datación es correcta, y según cuentan, hace 6.500 años largos los fieles bajaban a esta sala del oráculo para que el sacerdote, agazapado en la contigua cámara, interpretase sus sueños. Yo había leído muchas cosas sobre la estupenda acústica de aquel lugar, pero se me antojaba increíble que una palabra dicha en voz baja resultase amplificada hasta reverberar por todo el recinto. El joven gigante, como si hubiera adivinado mis pensamientos, me tomó de la mano y me condujo hacia un nicho. Una vez allí, se situó frente a uno hueco de forma (p.121)

elíptica excavado en la piedra y emitió algunos sonidos prolongados:

-- "¡Ooooooohhhhaaaaaa! ¡Uuuuuuuhhhiiii!"

Como si hubieran sido amplificadas por el equipo de alta fidelidad de una ruidosa discoteca, las llamadas del gigante inundaron la sala y rebotaron en las paredes. Incluso cuando el hombre bajó su estentórea voz hasta un susurro, todos los nichos y rincones se llenaron de suaves ecos.

No quise perderme la oportunidad de probar yo también (p.122).

Metí la cabeza en la "concha" elíptica y proferí un prolongado "Jaaaaa!" Cuanto más levantaba la voz, más extrañas se hacían sus reverberaciones. Si la bajaba hasta la tesitura de un barítono profundo, la vibración hacía retemblar el aire. Pude observar que estos efectos se acentuaban en un punto determinado de la elipse. Dirigí mi voz hacia el mismo, sospechando que DETRÁS del "micrófono" debe existir un espacio hueco en la piedra que, actuando como la caja de resonancia de una (p.123)

guitarra, sería la causa de la amplificación. Supongo, puesto que no puede comprobarse, como es natural, que dentro de la piedra existe un sistema de conductos por los cuales se transmite el sonido a otros puntos de la sala.

Por no estar presente ninguna mujer, no pude efectuar otra verificación importante: según se afirma, el milagroso amplificador de voz sólo funciona cuando habla un hombre; las voces de mujer, aunque sean las más sonoras de contralto, no activan la prodigiosa acústica de la piedra. Es evidente que debo regresar a Malta... pero esta vez con alguna dama que me diga algo.

A lo largo de mis viajes he visto muchos monumentos prehistóricos impresionantes: pirámides y timbas de reyes en Egipto, tremendas construcciones megalíticas en Turquía, la fortaleza de Sacsayhuamán en las cercanías de Cuzco, las "conducciones" de Tiahuanaco, las gigantescas figuras de la isla de Pascua, por citar sólo algunos ejemplos.

Pero el hipogeo le corta a uno la respiración. Es algo diferente de todo lo demás.

Del recinto principal derivan corredores, camarines y habitáculos, así como nichos y camarines, dos de los cuales tienen el techo decorado con pinturas, y todo ello con arreglo a un bien articulado plan de distribución. Los nichos y los pilares que sustentan el techo abovedado de la sala están construidos en excelente técnica megalítica: líneas sencillas, juntas perfectas de los poderosos bloques de piedra. Hasta la bóveda está formada por monolitos vaciados en formas curvas.


¿Construido por hombres de la Edad de la Piedra?

-- "¿Y todo eso lo hicieron los hombres de la Edad de la Piedra?" - le pregunté a mi gigante, cuyos negros y salientes ojos contemplaban mi asombro con satisfacción.

Quitándose la boina que cubría su cabello negro, le dio varias vueltas entre las manos y contestó después de una estudiada pausa:

-- "Ellos dicen que todo esto se labró a martillo..."

"Ellos" se refería a los arqueólogos. era fácil adivinar el escepticismo en la contestación del joven gigante. Como bajaba allí cada día, debió tener tiempo de formarse sus propias opiniones acerca de sus remotos antepasados, y de la posibilidad (p.124)

de que pudieran dar término a semejante obra con martillos de piedra.

Como no me habían quitado mi potente linterna de bolsillo, pude distinguir sin dificultad que la talla de las columnas, nichos y bóvedas suponía un esfuerzo magistral y descomunal. De una sola pieza, sin juntas, se alzaban monolitos en los que se habían excavado los nichos, todo ello hecho del mismo material que la roca del suelo. Otros monolitos formaban los dinteles, como si la construcción obedeciese a exactos cálculos de cargas, sobre los cuales descansaban a su vez los monolitos esculpidos en forma abovedada que constituían la cúpula.

¿Quién sería el oráculo que oficiaba en estos subterráneos? ¿Fue hace tres mil, cuatro mil o cinco mil años? Los fenicios y los griegos no estuvieron ahí; cuando ellos llegaron, el monumento llevaba siglos cubierto por los escombros, oculto a los ojos de los que pasaban por encima de él. Los sepulcros hallados en estos lugares datan de mil años antes, hacia el 2500 a.d.C. aproximadamente, mientras que los invasores fenicios y griegos llegaron, según las estimaciones más seguras, entre el 1400 y el 800 a.d.C.

Mi talludo cicerone me hizo bajar tres escalones para contemplar un nicho en el que antaño quizás hubiese figuras de dioses. Me indicó una abertura del suelo, cubierta con una losa. Según sus explicaciones, abundan en el lugar esos agujeros, y durante las excavaciones se hallaron en el fondo de los pozos de piedra bastantes osamentas de animales y humanas. Imposible saber si tales restos animales y humanos procedían de sacrificios, aunque la mera idea le hace a uno estremecerse, incluso después de los miles de años transcurridos. Pero aún me quedaban por ver otras cosas aún más estremecedoras.


A 12 metros por debajo del nivel "de la calle"

La planta intermedia en que nos hallábamos debe quedar a unos once metros por debajo del nivel superficial. Descendimos otros siete escalones, viéndonos, con doce metros de profundidad, en el punto más bajo y en la planta más inferior de las tres de que consta esa obra prehistórica. Un escalón más... y contemplamos una especie de antro cuadrangular adonde (según se supone) eran arrojados los intrusos y los no bienvenidos; o bien sirvió para librarse de los cadáveres de los (p.126)

enemigos, o para sacrificios humanos, o como último refugio de los suicidas, o como trampa mortal para los profanadores de sepulcros. Sea como fuere, los muertos cuyos siete mil esqueletos han sido hallados allí abajo guardan bien el secreto.

Leo en una guía turística:

<El templo subterráneo y sede del oráculo DE LA DESCONOCIDA POBLACIÓN ABORIGEN consta de varios corredores y recintos, con tres plantas en profundidad, parte de las cuales están excavadas en la tierra, y parte esculpida en la roca...>

Completando esta lacónica información, añadiremos que - como en el caso de los carriles - debieron gastarse toneladas de pedernal para los "martillos de piedra" empleados en la obra... pedernal que no existe ni ha existido jamás en la isla.

Llamamos Edad de la Piedra a la Edad de la Piedra, porque durante la misma los hombres empleaban útiles de piedra. Los metales aún eran desconocidos. Y no se sabe nada de ninguna flota de balsas o barcos que pudiese traer a la isla el pedernal necesario para los útiles. De haber existido pedernal en ella, tendríamos una posible explicación, pues este mineral es más duro que la roca calcárea del suelo. Pero la realidad es que no existe.

Si, contra toda evidencia, considerásemos resuelto el problema del material, nos quedaría el misterio definitivo: ¿con qué objeto se excavó y construyó el hipogeo con sus tres plantas de profundidad bajo la tierra? ¡Y aún tendríamos que explicar la perfección de su arquitectura! Desde el primer martillazo sobre la roca, el objetivo debió estar definido, trazados unos planos, programadas las fases de la obra, coordinada la intervención de los laboriosos picapedreros y canteros...


El arquitecto de la Edad de la Piedra en su oficina

No deja de ser divertido el imaginar los trabajos de un arquitecto de la Edad de la Piedra. Debió trazar cientos de croquis sobre hojas de palmera... según el proyecto maestro inspirado en sueños por los dioses. Pues si no, ¿quién le sugirió la audaz construcción de una cúpula bajo tierra, conforme a un modelo nunca visto? (p.127)

Nuestro audaz arquitecto troglodita proyectó tres plantas bajo tierra. ¿De dónde sacó los conocimientos de Estática necesarios para ello?

¿Con qué hizo las "plantillas" para que los escultores pudieran tallar los necesarios monolitos rectilíneos y curvilíneos? Téngase en cuenta que estas piedras deben sustentar, además de su propio peso, el de los pisos que tienen encima.

Cuando nuestro audaz arquitecto presentó sus asombrosos planos al contratista, se plantearía la frustrante cuestión de los medios de trabajo. ¡De imposible solución, según el estado de la técnica en tiempos de los Picapiedra! ¡Qué vergüenza!


Acondicionamiento de aire gran confort

La obra incluye refinamientos inauditos: desde un sistema acústico perfecto, del que ya hemos tenido oportunidad de hablar, hasta un excelente acondicionamiento de aire. ¡El hipogeo lo tiene!

Que uno recorra las salas subterráneas en solitario, o acompañado únicamente por el gigante de ordenanza, como yo, o formando parte de un grupo de cien turistas, poco importa: la temperatura apenas varía. Sin embargo, todos sabemos que en un espacio cerrado el ambiente se caldea con rapidez tanto mayor cuantas más personas se hallen presentes. Los seres humanos despiden calor como verdaderos radiadores. Pero el sistema del hipogeo de Saflieni es tan perfecto como el de las ciudades subterráneas de Derinkuyu en Turquía, donde, tanto en invierno como en verano, permanece constante la temperatura en los TRECE pisos subterráneos del yacimiento.

Por lo que se refiere a Derinkuyu, y para evitar complicaciones, se ha llegado a la conclusión de que estas ciudades subterráneas asombrosamente planeadas datan de los primeros siglos de nuestra Era (como si después de Cristo los técnicos en climatización se hubieran multiplicado por generación espontánea). Eso es falso sin duda alguna, pero se nos pide que aceptemos tal localización cronológica como explicación del excelente sistema de ventilación. Lo que ya no resulta aceptable es que nos propongan el mismo gambito para el hipogeo, cuyo origen neolítico es indiscutible.

Si ya el proyecto y la construcción son misterios y la acústica un fenómeno, podemos decir que el "air conditioning" de (p.128)

la Edad de la Piedra es una maravilla, ante la cual nos sentimos justamente llenos de asombro.


¿Tres fases de construcción? ¡No! ¡Proyecto único!

Se aventura que el hipogeo fue construido en tres etapas. El fundamento de esta suposición son las diferencias arquitectónicas (p.129)

observadas en las salas y columnas. En el nivel más superior, los constructores e limitaron a aprovechar los huecos naturales de la roca, ampliándolos y puliéndolos, mientras que en la sala principal y sus espacios anexos de la planta intermedia, la técnica es de claro estilo megalítico, basado en recursos materiales hasta ahora no explicados.

En esta explicación hay algo que suena a hueco: si es verdad que se aplicaron diferentes técnicas, es preciso que fuesen empleadas SIMULTÁNEAMENTE, porque tanto el sistema acústico como el de acondicionamiento de aire abarcan a TODO el hipogeo. ERGO, el primer arquitecto, lo mismo que sus sucesores, tenían una noción clara de lo que iba a ser la construcción completa una vez terminada. No es posible introducir modificaciones a posteriori ni "instalaciones" de piedra en la piedra.

PARA MÍ, los raíles, los templos y el hipogeo de Malta demuestran que los "dioses" intervinieron en esta partida.

Y ahora viene una aclaración, sin duda fastidiosa para quienes conozcan y comprendan ya mis teorías, pero necesaria para contestar de antemano a lo que no dejarán de atribuirme mis críticos (de manera tan inevitable como el amén al final de la oración). O sea: yo no digo que los "dioses" hayan trabajado allí, que hayan excavado personalmente los raíles, erigido los templos y construido el hipogeo. Pero me figuro que los "dioses", o bien sus descendientes, poseían útiles y dominaban técnicas que pudieron ser de provecho a los hombres del neolítico. También es posible que la población aborigen participase en las tareas y abriese pistas por encargo divino, aunque fuese para ella un misterio la FINALIDAD de la obra.

¿Existe algún vínculo entre todas estas contradicciones aparentes? ¿Hay alguna manera de reunir bajo un mismo techo a "dioses", hombres, raíles y templos?


La odisea de Odiseo

Homero cantó las aventuras y peregrinaciones que vivió durante más de diez años Odiseo o Ulises. Lanzado por una violenta tempestad hacia el cabo Malea, en el extremo suroriental del Peloponeso, visitó con sus naves la isla de los cíclopes, aquellos gigantes que sólo tenían un ojo. Ellos fueron constructores de murallas megalíticas, que por tal razón siguen llamándose murallas ciclópeas (p.130).

A sólo noventa y cinco kilómetros de distancia de Sicilia, encontramos Malta con sus cuatro islas satélites. El que contemple con atención los monumentos megalíticos de Malta se sumará a mi parecer cuando digo: allí trabajaron gigantes. ¿Quizá los mismos que "inventaron" las murallas ciclópeas?


¿Gigantes en acción?

Uno de los cíclopes, el gigante Polifemo, tuvo a Ulises y a (p.131)

doce de sus compañeros presos en una cueva, cuya entrada cerró con una piedra enorme. El propio Polifemo podía entrar y salir de la cueva cuando se le antojaba, apartando la piedra que, en cambio, era demasiado pesada para Ulises y sus doce robustos hombres. Se dice del tuerto Polifemo que era hijo del dios Poseidón (Neptuno). ¡Y no sólo él, sino también los demás gigantes de la isla de los cíclopes eran, sin excepción, hijos de dioses!

¿Existe algún trazo de unión entre el relato mitológico y una primitiva realidad? ¿Hubo gigantes en Malta, en un remoto pasado?

Lo que no se puede negar es que HUBO gigantes. Las antiguas tradiciones abundan en plásticas y exactas referencias a ellos; al mismo tiempo los viejos textos coinciden en afirmar que los gigantes eran descendientes de los dioses, "hijos del Cielo".

Después de Moisés (Génesis 5, 18 y sigs.), otro personaje que estuvo en relación directa con Dios fue Enoc, en el capítulo decimocuarto de cuyo libro leemos:

<¿Por qué habéis obrado como los hijos de la tierra y procreado hijos gigantes?>

Y en el Génesis 6,4 encontramos:

<... Viendo los hijos de Dios la hermosura de las hijas de los hombres, tomaron de entre todas ellas por mujeres... En aquel tiempo había gigantes sobre la tierra: porque después que los hijos de Dios se juntaron con las hijas de los hombres y ellas concibieron, salieron a luz estos valientes del tiempo antiguo, jayanes de nombradía.>

En el libro de la tradición etíope "Kebra Negest", dice el capítulo 100:

<Pero las hijas de Caín que habían fornicado con los ángeles concibieron, mas no pudieron dar a luz y murieron. Y de los frutos que llevaban en sus vientres muchos murieron también, y otros salieron, pues abriendo el vientre de sus madres nacieron por el ombligo. Luego, al crecer, se echó de ver que eran gigantes...> (p.132)

Por último, una línea del "Book of the Eskimos":

<En aquellos tiempos había gigantes sobre la tierra.>

El Apócrifo de Baruc incluso da cifras:

<Hizo el Altísimo llover un diluvio sobre la tierra, y exterminó toda carne mortal, y también a los 4.090.000 gigantes.>

En mi libro "La respuesta de los dioses" he presentado fotografías de huellas gigantescas, producto de las más recientes investigaciones y última prueba de la existencia anterior de gigantes, a cargo de fuentes de reconocida autenticidad. No voy a repetirme aquí, pero al menos quiero dejar constancia, aunque sea de pasada, de que existen documentos que abonan la existencia de los gigantes prehistóricos. No sea que luego digan: "¡Pero, señor Von Däniken, si jamás ha habido gigantes!" Y es que tendemos a olvidar con frecuencia lo que no encaja en nuestras ideas preconcebidas. POR ESO he vuelto a mencionarlo.

Vamos a deletrear esa partícula tan cargada de trascendencia: Si...


Si..., si..., si...

Si Homero no se limitó a soltarse la melena poética en su "Odisea", sino que reflejó el núcleo de una verdad pretérita...

Si fue Malta la isla de los Cíclopes...

Si Ulises arribó allí...

Si los Cíclopes eran descendientes de "ángeles caídos", o lo que es lo mismo, de los extraterrestres...

Entonces los raíles, los templos megalíticos y el hipogeo deben tener algo que ver con los dioses O BIEN con sus descendientes.

¿Por qué?

Recordemos que algunos de los raíles se prolongan hasta las profundidades del Mediterráneo, lo cual implica su construcción ANTES  de la última glaciación, cuando el nivel de las aguas estaba más bajo de lo que ha venido estando en los últimos milenios. Y cuando, según la arqueología clásica, NO (p.133)

EXISTÍAN AÚN poblaciones dotadas de conocimientos TÉCNICOS. Por tanto, si como consecuencia lógica los aborígenes de la Edad de la Piedra no pudieron ser los constructores de los monumentos que admiramos aún hoy, ¿quiénes fueron, pues?

¿Dejaron los dioses o sus descendientes un signo de su presencia en Malta? Para no hablar de legados técnicos, ¿dejaron en lugares desconocidos hasta ahora bancos de semen, cuyos accesos permanecerán incógnitos... hasta que una CASUALIDAD afortunada permita descubrirlos, como en el caso del hipogeo? ¿Quizá las diosas madres son, como se sospechaba, la clave (p.134)

final del enigma? ¿Cabe la posibilidad de que en algún lugar, bajo las rocas y los santuarios megalíticos, se conserven células corporales de los antiguos amos de nuestro planeta, aguardando el día de su regreso a la luz? ¿Veremos sacar a la superficie los sarcófagos con restos momificados? (p.135)

No necesito que nadie me diga que mis ideas son aventuradas, pero tienen una base justificada. Desde las épocas más primitivas, los faraones y los emperadores chinos, los incas y los emperadores japoneses, dominaron el arte de la momificación. Por eso, yo pregunto: ¿no ejercerían ese arte también los "hijos de Dios" y los primeros descendientes de los extraterrestres? SI los primeros hombres INTELIGENTES fueron retoños de los dioses exploradores del espacio, sin duda recibieron de sus padres celestiales un acervo suficiente de conocimientos científicos... y tal vez incluso el encargo siguiente: "Creced y conservad las células de vuestros cuerpos. ¡Algún día se obtendrán con ellas otros seres a vuestra imagen y semejanza!"


Las diosas embarazadas

Mientras archivábamos las fotografías de mi visita a Malta, mi colaborador Willi Dünnenberger me hizo observar una característica de las "diosas madres" maltesas: todas las estatuillas representan a mujeres EMBARAZADAS. Y no es sólo que los vientres presenten todos los signos de la preñez, como si fuesen a parir trillizos, sino que las figuras apenas tienen muslos. La mitad inferior de estos cuerpos femeninos es gruesa, deforme; ni siquiera se distinguen las pantorrillas, la hinchazón incluye los pies.

Podríamos despreciar esta observación, arguyendo que los escultores prehistóricos no eran capaces de tallar los delicados detalles de un cuerpo, dado su primitivismo. Esto no es cierto, pues los hombros y los brazos están modelados con gran precisión y dominio de la técnica. Muchas figuras enseñan una mano, con los cuatro dedos y el pulgar bien separados y definidos. Esa mano descansa a la altura del corazón, como si la mujer quisiera expresar su dolor o su temor al parto.

Viendo esas representaciones plásticas, ¿no se diría que esos vientres encerraban algo más que un embrión normal? ¿El peso anormal del feto no parece tirar de dichos vientres hacia abajo? ¿Es el exceso de tejidos, aguas fetales y colchones anormales de grasa lo que tiende a cubrir los muslos llegando hasta las rodillas? ¿Tal vez aquellas pobres criaturas quedaban condenadas a una casi inmovilidad, semanas antes del parto?

Consideradas de este modo, también las obesas "diosas madres" tienen su valor demostrativo en cuanto a la existencia (p.136)

de gigantes en otros tiempos. La "Kebra Negest" nos ha hablado de los vientres abiertos en el momento del parto, por ser de tamaño excesivo la criatura. Una inscripción sumeria de Nippur refiere cómo el dios de los aires Enlil violó a Ninlil, hija de la tierra. Ninlil suplica al libertino:

<Mi vagina es demasiado PEQUEÑA, no entiende del coito. Mis labios son demasiado PEQUEÑOS, no entienden de tus besos...>

No me atrevo a especular si el propio Enlil era un extraterrestre o ya un descendiente de la primera generación. Lo que se desprende sin duda alguna del texto cuneiforme es que sus extremidades, su cuerpo, eran demasiado grandes para la joven Ninlil, una humana de tamaño normal.

Fin del texto.
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Fuentes
[web01] http://de.wikipedia.org/wiki/Hypogäum_von_Ħal-Saflieni
[web02] http://de.wikipedia.org/wiki/Hypogäum
[web03] http://de.wikipedia.org/wiki/Venus_von_Laussel

Fuentes de fotos
[1] hipógeo de Malta, corredores: http://www.lugaresymas.com/noticias/index.php?option=com_content&view=article&id=845:malta-riqueza-arqueologica-tesoro-de-la-humanidad&catid=37:cultural&Itemid=53
[2] hipógeo de Malta, sala: http://susanandshirley.org/NewFiles/travelpages/malta/maltatemples.html
[3] mujer durmiente: http://www.goudryan.com/?page_id=1477
[4] Venus de Willendorf, Austria: http://www.museo-on.com/go/museoon/home/news/_page_id_855/_page_id_121/_page_id_968.xhtml
[5] Venus de Willendorf, Austria, vista lateral: http://vivre-au-pays-du-granit.over-blog.com/pages/Les_plus_vieilles_Deesses_et_Venus-3221729.html
[6] Venus de Lespugue, Francia: http://de.wikipedia.org/wiki/Venus_von_Lespugue
[7] Venus de Laussel, Francia: http://vivre-au-pays-du-granit.over-blog.com/pages/Les_plus_vieilles_Deesses_et_Venus-3221729.html


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